
Tuvo una relación intensa con Bahía Blanca desde los inicios de su carrera hasta sus últimos años. Estuvo en la ciudad en muchas oportunidades y de muchas maneras distintas: para tocar con Suárez o como solista, para dar talleres de canciones, de escritura, para leer su poesía en el Festival de Poesía Latinoamericana. En cada uno de esos viajes compartió su actividad con artistas locales, y generó de manera generosa un ida y vuelta entre Bahía y los muchos lugares por los que circulaba, tejiendo redes de arte y amistad, que perduran.