El chamamé de Ernesto Méndez:
Resonancias del paisaje litoraleño de Quiroga y Martínez Estrada y una “metafísica fluvial” dinámica.
Ernesto Méndez, guitarrista paranaense, cultivador del chamamé en la guitarra solista, toca en salas del mundo, compositor y arreglador, hijo del músico Jorge Méndez y discípulo de Eduardo Issac, artista donde las antípodas de clásico y folklórico se diluyen, improvisador fluvial, ha sido revisitado por Federico y Eugenio Monjeau, compañero de Rudi Flores y Juan Falú, graba en sellos como Guitarras del mundo, con el pianista Andrés Pilar, el violinista Ramiro Gallo y recientemente, canciones en co-autoría con el poeta Manuel Alfaro, en compañía de la cantante Nilda Godoy, dejando ya un legado solista único en la historia del chamamé.
Desde el espacio de investigación permanente en Filosofía de la música y el sonido de la Fundación Ezequiel Martínez Estrada, presentamos su visita, un recorrido por el complejo chamamecero, género devenido lugar de la oración cantada y danzada, genuina expresión del interespecismo whiteheadiano: comunión entre especies y materialidades -río, selva, trabajos, pesca y cosecha, soledades, humanidad amorosa-. Algo de lo que el filósofo italiano Giorgio Agamben nombró como estado de paraíso en la tierra, pero más radical aún que una pulida escena de jardines de Edén: monte, pantano, canoa, la naturaleza silvestre, deliciosa, que veneraron Quiroga y Martínez Estrada, el oído-ciervo de Hudson y los trascendentalistas.
